jueves, 24 de febrero de 2011

EGO: Un barco con su cabeza en el manillar

El problema con los barcos tradicionales es que flotan en la superficie del agua, sin saber lo que hay debajo. Así que, por supuesto, su imaginación trabaja.

El ideal sería tener un semi-submarino que vigila de vez en cuando lo que está sucediendo dentro del límite máximo de la dorada.

Esto es posible con este extraño aparato llamado EGO: el barco se maneja como un coche con un volante y el acelerador en lugar del gas tradicional.

El EGO trabaja en las baterías con una duración de seis a diez horas y una velocidad máxima de cuatro nudos.

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